
A veces me pierdo. No se hacia donde debo ir, o donde me dirijo. Movido por impulsos y corazonadas, como un ordenador con sobrecarga, trato de volar, pero olvido que mis alas son cera y pongo rumbo al sol. Y el calor del sol no me reconforta aquí abajo, donde todo es frío y oscuro.
Duermo, duermo horas y horas, por cansancio acumulado, o por no pensar a donde me dirijo. Ojalá tuviera la suerte de saber vivir sin una meta, sin un objetivo, solo por sobrevivir un día más como buenamente pueda; pero no soy así. Necesito una dirección hacia donde moverme, el problema viene cuando esa dirección cambia continuamente, de tal manera que describo círculos una y otra vez en mi trayectoria, olvidando lo que un día vine a buscar, y no tengo claro saber reconocer.
La pirámide de Maslow se me incrusta por el orto una y otra vez. No se si tiene razón o no, pero yo estoy cansado de sus motivaciones, que a fin de cuentas son las mías. Sé que no es su culpa, quizás sea culpa de un dios en el que no creo, o de un destino bromista e irónico que no acabo de creerme tampoco. Quizás sea culpa de mi juventud e inexperiencia el caso es que me contradigo a mí mismo: cuando estoy soltero quiero novia, cuando tengo novia quiero reconocimiento, cuando tengo reconocimiento quiero mandarlo todo menos la chica a tomar por el culo, y empezar de cero.

A veces me pierdo, o a veces me encuentro y camino hacia donde creo que van todos como borregos, pero veo ese final y no me gusta, veo otros finales y tampoco me gustan.
No quiero madurar pero tampoco ser un crío; no quiero trabajar, pero tampoco ser pobre; no quiero ser feliz, pero tampoco ser desdichado.
Quiero ser yo, pero no me reconozco. Creo que nunca me conocí. Con dieciséis tenía la madurez de treinta y con veintitrés tengo la de diez.
Lo único constante en mi vida es el inconformismo, inconformismo con lo que me rodea y conmigo mismo; afán de superarme a mí mismo una y otra vez, reinventarme, y hacerlo mejor que la anterior, triunfar en todo lo que emprendo sin emprender nada. Esto es el motivo de mi permanente fracaso y la frustración que empaña mi juicio de mí mismo.
Soy el Chico que Escribe, y esta es mi historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario