Blog #3 | Esa curiosa nota que encontré en el suelo

Hará en torno a un año de aquel curioso día.
Estaba con otras dos personas, caminando por una transitada calle de mi ciudad, charlando alegremente. Recuerdo haber contado una de esas bromas estúpidas que tanta gracia me hacen. Recuerdo que, mientras mis compañeros reían, yo bajé un instante la mirada hacia el suelo y ví algo que llamó mi atención. Se trataba de una pequeña nota, arrugada, y tan pisada como olvidada, mediría en torno a unos 5 cm de alto y ancho. Estaba escrita en su totalidad, por las dos caras, desde mi escaso 1,80 se asemejaba a una lista de la compra, pero algo me impulsó a recogerla del suelo. Conforme me agachaba, podía observar mi error, pues no tenía productos escritos en ella, sino un pequeño texto aparentemente incoherente.
-¿Qué haces?-preguntó una persona de las que me acompañaba, llamemosla P1- No cojas eso, ¿Para qué lo quieres?
-Nunca sabes la historia que hay detrás de un papel, con una tontería así empiezan muchas de las mejores novelas- respondí.
Lo cierto es que se trata de un papel intrigante, en las dos caras tiene escrito más o menos lo mismo, en la cara que no muestra la fotografía (sí, se trata de la imagen de la fotografía) .
Sin duda, este documento que el azar me regaló no dejará indiferente a nadie, igual que no me dejó indiferente a mí.
Casualmente, como si el destino lo hubiera unido a este blog, alguien lo desempolvó de mi cartera esta misma tarde. Tratando de restarle importancia en el momento, el Chico que Escribe inundó mi cabeza, pensé en el blog y la novela, y me pregunté por qué no me habría acordado antes de ese papel, por eso nada más llegar a casa lo volví a examinar cuidadosamente.
Castrillo de la Ribera, es un pueblo que está a pocos kilómetros de mi ciudad. Por eso he decidido que este verano voy a investigar la historia que esconde ese papel, si merece la pena, es probable que la incluya en la novela de la que tanto hablo y en la que tan poco trabajo.
De momento tengo dos hilos por donde tirar, Castrillo de la Ribera, y el apellido Villaret, a quien quizá hayan roto los oidos. El típo letra y la mala ortografía me hace suponer que sea un hombre mayor de escasa educación el autor, pero no puedo saberlo. Como dato diré que al otro extremo de la calle hay un asilo de ancianos, por lo que si en Castrillo, no encuentro nada, puedo preguntar por ahí.
Quien sabe, quizá podáis vivir conmigo una de esas historias que se ven en los libros, que no tenga que preocuparme por el contenido de mi libro debido a que pueda escribir una historia real, o quizá la escribió un simple tarado enfadado con esa "etarra zorra hi de perra y sus dos hermanos delincuentes". De momento soñaré con lo primero, y estudiaré para mis exámenes.
Soy el Chico que Escribe, y esta es mi historia.